Los investigadores rusos están convencidos de que armonizando los sonidos que emitimos en una determinada frecuencia se puede llegar a influir en el ADN. Ello quizás pudiera explicar los sensacionales descubrimientos del investigador japonés MasaruEmoto, quien ha demostrado -a través de experimentos repetibles y acompañados de gran cantidad de imágenes gráficas- cómo las palabras y la música son capaces de alterar la estructura molecular del agua. También podríamos entender mejor cómo el sonido de los cuencos de cuarzo puede curar el cáncer (artículo: "La curación mediante el sonido de cuencos de cuarzo" nº 35 de DiscoveryDSalud). Recordemos también a este respecto que el doctor Mitchell L. Gaynor -director del Departamento de Medicina Oncológica e Integrativa del Centro Strang-Cornell para la prevención del cáncer de Nueva York- afirmó haber utilizado terapéuticamente con éxito el sonido obtenido en los cuencos de cuarzo en cientos de pacientes. Hablamos, en definitiva, de la posible explicación del poder de la Musicoterapia pero también de por qué funcionan las afirmaciones positivas, los mantras, las inducciones hipnóticas y, por supuesto, la oración. Recordemos que desde hace miles de años los maestros espirituales vienen insistiendo en la posibilidad de alcanzar a través de la oración, la repetición sistemática de palabras o frases -mantras- o los estados alterados de conciencia la posibilidad de actuar sobre la propia salud y la de los demás. El problema es encontrar las frecuencias con las que entrar en resonancia con nuestro propio yo interior -¿nuestro propio ADN?- porque, tal y como han demostrado los mencionados científicos rusos, la vibración y el lenguaje en lugar del arcaico proceso de cortar y pegar puede llevar a triunfar a lo que podríamos denominar la genética de ondas.
El músico compositor José Luis Narom lleva años investigando con frecuencias musicales en sus trabajos con grupos. Utiliza la música para guiar a las personas durante estados alterados de conciencia. Afirma que en su último trabajo "Ajazzhuasca – Música para ver", las frecuencias armónicas que utiliza en sus composiciones modifican el ADN, tras su escucha continuada. Según él, ha recibido estas frecuencias de los Seres de Luz, bajo los efectos de la planta sagrada "Ayahuasca"; y si se utiliza esta música para meditación-yoga se consiguen espectaculares cambios en nuestro Ser: "…esta música nos hace más felices y modifica nuestra relación con el entorno…". Para Narom, el año 2010 es el tiempo en el que se dan todas las posibilidades para cambiar nuestro Planeta. En este año sacará a la luz su trabajo musical y podremos comprobar esas frecuencias.